viernes, 4 de noviembre de 2011

Niños rescatados de la amenaza de su propio padre con arma de fuego

*El hombre reclamaba el abandono de su ex esposa

*Águila Imperial interviene heroicamente en el rescate al ingresar por la ventana del sexto piso


Un desesperado padre de familia mantenía amenazados con arma de fuego a sus tres hijos en las inmediaciones de una unidad habitacional ubicada en la delegación Iztapalapa, con la promesa de dispararles si su ex esposa no volvía con él.

Todo comenzó aproximadamente a las 11:00 horas, cuando el abogado de la ex esposa visitó al agresor para presentarle los papeles de divorcio.

Enfurecido, el padre de familia, que responde al nombre de Braulio Medina, golpeó al abogado en repetidas ocasiones y no obstante con las lesiones causadas en el rostro, el agresor tomó una pistola y le disparó en el hombro izquierdo.

Al escuchar la detonación, los vecinos salieron de sus departamentos a socorrer al abogado y a intentar razonar con el señor Braulio, pero la única respuesta que obtuvieron fueron otros dos balazos al techo y la amenaza de dispararle a quienes se atreviera a entrometerse.

De inmediato, los vecinos alertaron a las autoridades, que llegaron rápidamente al lugar junto con una ambulancia para la atención médica del abogado.

El agresor, al percatarse de la situación, abrió la ventana de su departamento ubicado en el sexto piso del edificio “A” y entre lágrimas, comenzó a gritar que lo único que quería era que su esposa regresara con ellos, ya que llevaba “mucho tiempo” sin saber nada de ella.

La policía intentó negociar con el padre de familia, indicando que harían todo lo posible por contactarla si dejaba que sus hijos fueran puestos a salvo, pero su respuesta fue un plazo máximo de una hora para encontrar a su ex esposa antes de dispararle a los niños.

Tras esta consigna, tres policías del Agrupamiento 57 ingresaron al edificio con la intención de rescatar a los menores, pero las cosas se complicaron cuando al derribar la puerta, encontraron al padre de familia sosteniendo a su hijo de 36 meses de edad y apuntándole en las sienes con la pistola.

“Fue horrible ver a Braulio apuntarle a su bebé. Eran tres policías contra una sola persona y no podían hacer nada por temor a que el niño saliera lastimado”, describió una de las vecinas del agresor.

La tensión era creciente entre los curiosos que se acercaban a la escena, cuando de pronto, una figura extraña apareció sobre el borde del edificio.

Las miradas se posaron en el extraño sujeto que, con extremo cuidado, comenzó a escalar cuesta abajo el edificio ayudado por un arnés.

La gente señalaba y murmuraba sorprendida, mientras la frecuencia de las patrullas anunciaba que el Águila Imperial se encontraba en el lugar, atado del arnés y dispuesto a rescatar a los menores.

Poco a poco, mientras los curiosos contenían el aliento, el enmascarado fue saltando por encima de las ventanas de los cuatro pisos superiores al de la familia Medina hasta colocarse a la mitad del muro que divide el cristal de los departamentos siete y seis.

La policía, los paramédicos y el público contuvieron el aliento cuando el Águila Imperial tomó impulso más fuerte y se dejó caer con ambas piernas juntas y extendidas contra el cristal.

“Fue sorprendente verlo entrar de esa manera”, describió uno de los policías que ingresaron al departamento. “Teníamos a dos de los niños tras de nosotros para protegerlos por si se desataba el tiroteo. Sólo faltaba asegurar al bebé cuando el Águila Imperial entró por la ventana”.

Según la descripción de la oficial que también ingresó al lugar, el héroe rompió la ventana, golpeó en la espalda al agresor y con rápidos reflejos le arrebató al bebé de los brazos.

“Después de la entrada del Águila Imperial, aseguramos rápidamente al menor y sometimos al padre sin mayores complicaciones que la lluvia de cristales”, agregó el tercer oficial que también entró al departamento y que presentaba cortes leves en la frente por la lluvia de astillas de vidrio.

El señor Braulio Medina fue consignado a las autoridades y los niños fueron entregados a la abuela materna de los niños. Hasta el momento, las primeras declaraciones de la madre de los menores señalan que sólo se ausentó por 36 horas en lo que conseguía al abogado y los papeles de divorcio.

CJP - DIARIO HEROICO

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